La reencarnación del alma negra
Sobre los huesos de mi hedionda frasada
Eran solo dulces pesadillas
Que flotaban indiferentes
Sobre caras muertas en la orilla
Y los cangrejos deambulaban tristemente
Y felizmente nadie los veía
La turbulencia esta en mis muslos
Y se entornilla en mis caderas
Sables cortan las maderas
Del árbol del amor perfecto
Porque no hay amores de arquitectos
Ni peligro para el muerto
Alla en las selvas de cemento
No hay politicas de izquierda
Donde dios riega la tierra
Es donde mas vale la pena
Gracias dios por nuestra lluvia
Gracias dios por nuestra arena
Gracias dios y no te mueras
El silencio en nuestras piernas
Las naranjas y tormentas
Asi es como se vive si no te acuerdas
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