lunes, 7 de julio de 2008

El demonio agoniza sumergido en las profundidades del corazón de la cama.
En una noche negrísima, se reúnen los magos y los dioses , se deslizan en espiral hacia una dulce humareda de luz, provocando hechizos azarosos, liberando a los muertos, dando vida a la sombra y escupiendo serpientes entre oscuridades.

Que mística noche envuelta en frazadas y estrellas, luces, rostros volátiles y sonrisas alargadas!
Cada mago deja caer un puñado de sangre sobre la fogata.
Uno de ellos se esconde en el reojo de la vista, ya convertido en estrella, no se puede ver fijamente. Y la poción que lleva oculta, respira con dificultad ante la pureza del aura.
Los animales se reproducen a orillas del mar, improvisando combinaciones aparentemente incompatibles.
Todo es desconocido .Cada ojo de la ciudad apunta hacia el mismo universo.
Se vera la silueta de un hombre trepar el árbol y desabrochar la lluvia
Habrán pasado miles de noches, pera jamás habrá sido de día
El humo de la lluvia metamorfoseara su cuerpo en una progresión de eterna definición, transformaciones furiosas, bostezos desesperados, profundo grito real.

Gritos, formas y karmas, influencias sentidas al borde de la sangre, en cada respiro, en cada punzada del nervio, en cada golpe tremendamente brusco del ritmo angustiado del corazón, vi al demonio, lo vi pedir piedad , porque yo lo acuse de demonio , porque yo soy el demonio!
Solo riendo uno burla al demonio, solo muriendo uno limpia el reflejo de la vida.
La vida es más parecida a la muerte que la muerte misma.

Te adentras en la jungla negra y ves un duende al pie de un árbol, bien vestido, con la mirada curiosa y plana. Los cambios de escenario te son familiares, corres al espejo del baño con la cara desordenada, distorsionada, repitiéndose en ecos de imagen a lo largo del pasadizo
¿¡Qué es una cara!?
Tratas de resolver y reordenar las moléculas desesperadamente y escuchas a los inmortales en la sala sufrir los mismos trances musicales que resuenan sobre los tímpanos de tu espíritu.
Los tiempos caen en desorden y son poseídos por el sospechoso azar de los dioses.
La luz de los magos continuara extinguiéndose a lo largo del interminable pasadizo de piso de ajedrez
Aun en el nirvana, las manías nerviosas rechinan hasta poder caer en el reposo improvisado secretamente por el instinto y la sabiduría de la intuición que acierta aun cuando falla.

el aura